Por: Guadalupe Orona Urías
Recordarán, obviamente, quienes me concedieron el honor de leer mi colaboración anterior, que mencioné que me interesaba resaltar tres cuestiones de la visita del presidente López Obrador a tierras hidalguenses, pero me fue imposible hacerlo en dicha colaboración por falta de espacio; hoy pretendo cumplir.
En su visita a Metztitlán el presidente Andrés Manuel López Obrador también señaló, entre otras cosas, que: “impulsarán el desarrollo hacia el estado, pues en el Valle de México no hay agua, mientras que en Pachuca y Tula sí hay, porque la naturaleza ha hecho su trabajo”. Aquí, una duda legítima, ¿sabrá el presidente de los fuertes problemas que hemos enfrentado todos los pachuqueños y la mayoría de los habitantes de Hidalgo por la falta de agua potable? Y ahora, por lo que alcanzo a entender, piensa “impulsar el desarrollo…”, porque según él, aquí sí tenemos agua. La verdad desconozco a qué tipo de desarrollo se refiera, porque, ciertamente, Pachuca y todo el estado necesitan desarrollo y fuentes de empleo, pero habrá que vigilar que no sea a costa de dejar a sus habitantes (sobre todo las colonias populares) sin agua.
Además, recordó que “la obra del Gran Canal de Desagüe se realizó para sacar las aguas negras del Valle de México porque se inundaba, por lo que la naturaleza fue filtrando agua y ahora hay un acuífero en Hidalgo”. Es decir, reconoce que para salvar a la Ciudad de México de las inundaciones se realizó el Gran Canal de Desagüe (que ciertamente no fue en su periodo gubernamental), pero en su discurso no recordó, ni siquiera por diplomacia, la inundación de Tula y de varios municipios del Valle del Mezquital y sus víctimas mortales, por recibir esta región las aguas negras de la CDMX y del Valle de México y padecer la actitud omisa de las autoridades para evitarla.
Y, para rematar con el tema del agua, sin acordarse de su promesa a los habitantes de Zacualtipán, mencionó que: “se pensaba (por su gobierno de la 4T) llevar el agua a Ciudad de México, pero es mejor no hacerlo, por eso el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) se construyó en los límites de Ciudad de México e Hidalgo, porque hay agua y tierra para el desarrollo”. Al parecer, las versiones que corren en la entidad de las causas de un desabasto mayor de agua potable, son ciertas: se están llevando el agua de Hidalgo al AIFA.
En su visita a Huejutla, que tenía como objetivo “una evaluación de los programas sociales a nivel estatal”, fueron convocados, esencialmente, los beneficiarios de las tarjetitas y comités de Morena; no se admitió el ingreso al resto de la ciudadanía, quizás para asegurar así los aplausos y cero protestas.
Llama mi atención una de las fotos del evento: ahí se ven rostros de campesinos famélicos, que reflejan hambre, desnutrición, pobreza y desesperanza. Con solo ver esos rostros, podemos confirmar que los programas monetarios del presidente no han combatido la pobreza. A Huejutla se le conoce como la “capital de la Huasteca”, pero también por ser un centro de caciquismo acendrado y de una pobreza secular, que a ningún gobierno le ha interesado resolver. La región de la Huasteca hidalguense se compone de 15 municipios, todos sumidos en el atraso y el subdesarrollo, con niveles de pobreza por arriba del 80 por ciento. Solo Huejutla, que es el municipio con mayor desarrollo, con una población que ronda los 127 mil habitantes, tiene cerca de 100 mil (99 mil 755) sin garantía de servicios de salud; 63 mil habitantes (49.6%) en pobreza extrema y el 46.5 por ciento en pobreza moderada; es decir, el 96.1 de la población vive en pobreza, según cifras del Informe anual sobre la situación de pobreza y rezago
social 2022 que emite el Gobierno de México y la Secretaría del Bienestar.
Como sabemos, una de las promesas de campaña de López Obrador fue “primero los pobres”, que combatiría la pobreza; y como también sabemos, la región de la Huasteca hidalguense, es una de las más pobres de Hidalgo y también de todo el país, pero aparte de tener controlados y manipulados a los pobres que reciben las dádivas oficiales a través de sus tarjetitas del bienestar, puedo asegurar que la pobreza en dicha región no solamente no disminuyó en este sexenio de López Obrador, sino todo lo contrario: aumentó, como revelan las propias cifras oficiales.
En la Huasteca hidalguense hay hambruna, municipios a los niveles de países pobres de África. Y aquí, el presidente Andrés Manuel López Obrador, acompañado por el gobernador Julio Menchaca Salazar, ofreció que “antes de que termine su gobierno, en 2024, habrá cobertura de internet para todos y que será gratuito”. Asimismo, “…
Lamentó que en la actualidad los satélites que existen para la comunicación son deficientes porque si se nubla, ya no hay señal”. No desprecio por ningún motivo la necesidad de la conectividad, pero los habitantes de esta región requieren, primero, comer y atención en la salud, servicios médicos gratuitos y de calidad; servicios públicos eficaces y suficientes; urgen políticas públicas eficaces, que contemplen empleos bien remunerados.
Igualmente, el presidente prometió que, en coordinación con el gobernador Julio Menchaca, se atenderá una red de caminos artesanales; aunque no precisó de cuántos caminos o cuántos kilómetros está hablando. La construcción de caminos y carreteras en toda la entidad es, también, prioridad. ¿Cuántos realmente se construirán en lo que resta del sexenio? Pues, además de la ampliación de la carretera Huasca-Zacualtipán, no se ven indicios de que inicien otros. De igual forma, señaló que “el gobierno de Hidalgo y la federación aportarán 50 por ciento para que las personas con discapacidad de todas las edades reciban pensión y se otorgará fertilizante de forma gratuita”. Cronos, el dios implacable, nos dirá si fueron simplemente otras tantas promesas.
Editor general, reportero