Tras un año de relación, Fernanda y Samanta Vanessa contrajeron matrimonio en 14 de Febrero, en una ceremonia de bodas colectivas. Lo hicieron en un sitio público, en el parque Hidalgo de Pachuca, ante otras 170 parejas, como parte del amor que se prometieron, pero también como un acto de tolerancia.
La novia de vestido rojo y espalda descubierta y la novia de saco de tono similar, moño negro y pantalón obscuro destacaron entre las parejas colocadas en el estrado junto a autoridades municipales. Ellas, de la comunidad LGTB+, compartieron ceremonia con parejas jóvenes, de adultos mayores, de mujeres y hombres con brazos y hombros tatuados.
Su esposa, dos años mayor que ella, afirmó que el miedo al prejuicio ahí estuvo, pues no solo se trata de era un matrimonio igualitario: son madres de una menor de siete años de edad.
“No es algo tan común para las personas, pensamos que nos iba a criticar o nos iban a hace cometarios, no es que (no existan), pero tenemos un niña chiquita y no es sano que estén haciendo comentarios”, expresó Samanta Vannesa.
Fernanda consideró que su unión igualitaria, figura que aprobada el 14 de mayo de 2019 por el Congreso local, servirá para “todas las personas se animen”.
No tengan ese miedo de el qué dirán, ¿realmente me van a ver mal si es con una persona del mismo sexo? Realmente no. Deberíamos de aprovechar este tipo de oportunidades y apoyo que nos están dando las autoridades”, dijo.
“Si realmente es algo que uno quiere, tiene que hacerlo, porque a veces nos quedamos con el y si lo hubiera hecho y a veces dirían, y es muy cierto, el hubiera ya no existe. Es una muy buena oportunidad y la verdad se agradece bastante”, añadió.
A diferencia de hace tres o cuatro años, según la experiencia de Samanata Vannesa, cuando recibió comentarios “brusco” por su orientación sexual, ahora “la sociedad no es tanto que te esté mirando o que te digan ‘ahí va una pareja así’”, del mismo sexo.
En un escenario que no todas las parejas de la diversidad sexual viven en la capital del estado, ellas no advierten discriminación en su contra por decidir amar a otra mujer.
“Podemos andar en la calle con nuestra pequeña, no hay ningún detalle, nos la pasamos muy bien, incluso otras personas nos preguntan ‘cómo les va’, todo muy bien. Nuestros vecinos son muy amigables, incluso nos invitan en Navidades, a sus fiestas”, agregó Vannesa.
Tras la ceremonia organizada por el ayuntamiento capitalino, en la cual probaron el “pastel y el baile”, la pareja originaria de Pachuca y Tulancingo se acercó a su motoneta para dejar el regalo que ganaron en la rifa y tomarse una foto del recuerdo del día de su unión.
Editor general, reportero