El descubrimiento de un sexto sabor, el alcalino, por parte de las moscas de la fruta ha sido confirmado por un equipo de científicos de la Universidad de California, la Academia China de Ciencias y el Centro Monell de Sentidos Químicos de Estados Unidos.
Este sabor se asocia con sustancias con un pH elevado, como la sosa cáustica, y podría ayudar a las moscas a evitar alimentos y entornos potencialmente peligrosos.
Mientras que los humanos y otros mamíferos tienen receptores en la lengua para el dulce, el salado, el amargo y el ácido, hace unas décadas se descubrió que también tienen receptores específicos para el umami. Ahora, este estudio revela que las moscas de la fruta tienen receptores específicos para el alcalino en su boca y patas, lo que les permite detectar este sabor y evitar sustancias potencialmente nocivas.
Este hallazgo podría tener implicaciones en el desarrollo de nuevos insecticidas y en la comprensión de los mecanismos que controlan los hábitos alimentarios de los insectos. Además, podría ser relevante para la industria alimentaria, ya que podría ser utilizado para mejorar la detección de sustancias potencialmente peligrosas en los alimentos.