Mario Alfredo Espinoza Bernardini, la tercera víctima del Caso Zimapán.

• Mario es padre de las menores de edad que fueron, presuntamente abusadas

• Las autoridades no lo han apoyado para lograr el tan anhelado encuentro

• Abandonó todo en Estados Unidos y regresó tan solo para ayudar a sus hijas

Agua Blanca, Hgo., a 21 de mayo de 2025.-Mario Alfredo Espinoza es padre de las niñas del “Caso Zimapán”, él es la tercera víctima en este juicio que inició el 17 de junio de 2022, y desde entonces a casi tres años, no le han permitido ver a sus hijas.

Fredy se casó con Jaqueline Trejo Leal, con quien su plan era formar una familia y compartir su vida con ella; pero eso no fue posible ya con el paso del tiempo y la convivencia diaria, la relación se deterioró debido a que el actuar de ella no era correcto; no daba los cuidados que las niñas necesitaban.

A ello se sumaron las discusiones que hacían que su hogar no fuera un entorno sano para las menores. Por esa razón Mario decide divorciarse. 

Pero algo en su interior le decía que su exesposa necesitaba apoyo por lo que él trabajaba para satisfacer la necesidad de las tres.

Dos años después de su divorcio decide irse a vivir a EU ya que en su pueblo natal no había las condiciones para seguir dando sustento a sus hijas y exesposa.

Desde el extranjero mantenía relación con las pequeñas mediante video llamadas y respondía a las solicitudes económicas que Jaqueline hasta que en diciembre del 2022 una llamada cambiaría el rumbo de su vida.

Fue su cuñada Ailén quien le llamó para decirle que sus hijas habían sido violadas por sus hermanos y cuñadas y que necesitaba dinero para realizar el examen necesario para comenzar la denuncia.

Mario preocupado y al no tener muy claro como pasaron las cosas, pide el apoyo de su hermana, para que sea ella la que lleve el dinero y se entere de lo que estaba ocurriendo y cómo estás sus hijas. 

Lo que su hermana de compartió fue contundente, algo malo estaba pasando con las niñas y su familia pues ella fue testigo de inconsistencias y manipulación por parte de la madre y de la tía.

Mario de inmediato viajó a México, dejando su trabajo y vida en EU, al llegar busca tener contacto con la mamá de las niñas para saber a ciencia cierta qué había pasado, pero esto fue imposible, por lo que ahí comenzó su calvario legal y emocional para él y las niñas.

Mario Alfredo solicitó a las autoridades ver a sus hijas con la finalidad de apoyarlas y acompañarlas en este proceso, sin embargo, las niñas fueron llevadas de refugio en refugio para que nadie tuviera contacto con ellas.

A través de sus abogados el padre de las victimas fue notificado que Jaqueline, la madre, había negado todo permiso para que él pudiera tener acceso a las niñas y no le permitieron el ingreso al albergue de la (Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia Contra las Mujeres y Trata de Personas), Fevimtra.

En este proceso decide acudir a las audiencias y leer todo lo que se publica del caso, ya que era la única forma en la que se enteraría de lo que estaba pasando y si, en este proceso se entera que sus sospechas eran verdad, Jaqueline tiene una condición psicológica que la hace ser una persona no autosuficiente; así lo corrobora la hermana de Jaqueline, Aylén, quien funge como una especie de representante legal y quien fue la encargada de hacer la denuncia.

Aylén “Nosotros somos huérfanos de padre y madre. Mi hermana Jaqueline, madre de las niñas, siempre ha requerido cuidados especiales debido a una afectación psicológica que mi madre nunca nos detalló”, ha declarado una y otra vez ante los medios de comunicación esta mujer.

Mario Alfredo, también corrobora que sus exsuegros al fallecer dejaron una herencia administrada por sus cuñados Ixshell y Arturo y ellos se encargarían de velar por las niñas y exesposa, sin embargo, ese fue el problema que le generó todo el sufrimiento a la familia, a las niñas, a los hermanos y en general a la familia.

El hombre nunca imaginó que este hecho terminara con la tranquilidad de sus hijas y que les destruirían sus vidas. 

Él es un claro ejemplo de que los padres también son víctimas de una mala praxis jurídica, que por más que lo intente, su voz es apagada por las autoridades ya que a pesar de todas las evidencias a su favor no lo apoyan para tener a sus hijas a su lado y llevarlas a su seno familiar donde las esperan sus abuelos paternos, su tía y su nueva familia.

Alfredo ya demostró que ha cubierto totalmente mes a mes el pago de la pensión para sus dos hijas, que tiene un hogar bien cimentado por lo que incluso, fue calificado como apto para tener la guardia y custodia de las niñas.

Pese a ello, las autoridades de Hidalgo le dijeron que sus hijas estaban en un refugio en la CDMX y por lo tanto él tenía que reiniciar un juicio en la ciudad para que se las entregaran.

 Lo hizo, pero Jaqueline firmó su salida voluntaria y de ahí comenzó una investigación personal para encontrarla.

Otra línea para llegar a las niñas fue la búsqueda a través de la Secretaría de Educación Pública, pero no hay datos que revelan dónde estudian.

Así han pasado casi tres años, solo hay rumores de su paradero, incluso se sabe que ellas podrían estar en Querétaro, pero todas las autoridades, se las niegan al papá, incluso se sospecha que es Santiago Nieto, exencargado de Justicia de Hidalgo, quien ayudó a tenerlas allá.

A finales de marzo del 2025 la esperanza de reencontrarse con sus hijas renació para Mario Alfredo al recibir una llamada por parte del DIF para solicitarle unos datos de sus hijas.

El preguntó dónde estaban y le dijeron que, en esa institución, pero en Querétaro.

De inmediato se trasladó a ese estado donde solicitó información, incluso habló con el procurador del estado, sin embargo, todos negaron que sus hijas estuvieran en ese lugar.

En estos momentos, se encuentra sin un rumbo fijo, solo cuenta con un número de expediente que por casualidad escuchó, pero nadie le da la razón. 

Su desesperación lo ha llevado a solicitar apoyo a diversas instituciones que protegen a los derechos humanos, de los niños y las niñas, con la esperanza de que alguien le de apoyo y por fin cumplir sus sueños de abrazarlas otra vez.

Una exigencia para las autoridades de justicia, para periodistas y para la familia materna sobre para la tía Ailén, es que ya dejen de ventilar situaciones del caso de forma mediática, que dejen de dar datos explícitos y gráficos de los supuestos hechos pues han dañado la imagen de las niñas.

“Me duele, me enoja que las niñas sean expuestas de esa manera, y nadie ha hecho nada para detener eso, nadie, ninguna autoridad y yo ya no se que hacer, solo exijo que me entreguen a mis hijas para que yo las pueda proteger de todo esto pues ellas son víctimas de su familia y victimas de todo el sistema”, sostuvo Mario Alfredo.

Y es que sus hijas han sido expuestas de forma mediática que no coincide con lo que él ha presenciado en el proceso legal. 

Acusa que se han modificado los dictámenes, incluso, Mario, interpuso una demanda a uno de los médicos que hizo uno de los tantos dictámenes, el que se ha hecho público y que a partir de ahí su tía ha dado a conocer que a las niñas les han realizado un sinfín de cirugías, pero no hay datos ni pruebas de eso.

“Yo ya quiero ver a mis hijas y hacerme cargo de ellas, apoyarlas para que esta pesadilla se les olvide con el acompañamiento de sus abuelitos y de toda mi familia, allá en mi pueblo donde crezcan con amor y respeto, donde nadie las reconozca y evitar así que puedan lastimarlas”, clama el papá

Al final de todo esto, Mario Alfredo, pide que si hay algún juez o autoridad que pueda hacer pagar a quien tengan que pagar por los delitos en que se ha incurrido en contra de sus hijas, se haga, solo así podrá confiar en la justicia mexicana porque de lo contrario ve que esto es algo muy sucio y perverso donde ha podido más el dinero, la mentira y la manipulación donde muchas manos se han metido.

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