Nuestra lucha continúa por un Hidalgo con justicia social

Por: Guadalupe Orona Urías.

Compañeros, amigos:

Ustedes han de disculparme, pero es importante informarles que, como no es la excepción en este país, ni en este estado, los problemas de los pueblos, colonias populares, comerciantes, transportistas, profesores y estudiantes, siguen sin atenderse en Hidalgo y, por lo tanto, nuestra insistencia continuará para que el gobierno que encabeza el Lic. Julio Menchaca resuelva cada una de las justas y legítimas demandas del pueblo trabajador.

Decía en colaboración anterior que son muchos los recursos que el gobierno de Hidalgo está empleando en eventos, construcciones y remodelaciones de oficinas públicas, en el parque David Ben Gurión (ahora sólo espero que, después de estarle invirtiendo tanto dinero público, millones de pesos, su uso sea completamente gratuito), en el recinto ferial, etc., y, a cambio, está dejando sin obras de infraestructura básica y carreteras a la inmensa población que lo requiere urgentemente; asimismo, la crisis del sistema de salud en nuestro estado es simplemente dramática: hospitales sin suficientes camas, con los pacientes tirados literalmente en los pasillos (si no me cree o considera que exagero, dese una vuelta por el hospital general de Pachuca o el de Huejutla), sin medicamentos, sin equipos y con médicos insuficientes para atender adecuadamente a cada enfermo.

Esta situación, que en cada familia se vuelve una tragedia viva, dolorosa, también la vemos en esos números fríos que nos presentan las instancias oficiales, por ejemplo: “De acuerdo al informe anual federal sobre la Situación de Pobreza y Rezago Social 2024, el indicador de carencias sociales, refleja que en el estado de Hidalgo, el 65.4 por ciento de la población no cuenta con acceso a la seguridad social, lo que significa que más de la mitad de la población, vive sin este tipo de servicio”.

Las cifras nos dicen que en Hidalgo había, hasta el 2023, números redondos, un total de 3 millones 228 mil habitantes, de ellos, 2 millones 66 mil, no tienen dichos servicios, por lo que les falta atención en asuntos de salud, riesgos de trabajo, invalidez, retiro y demás. Insisto, la pobreza, marginación, la falta de oportunidades a los jóvenes, de empleo, educación, etcétera, no se resuelven con discursos, ni con encuestas, ni con tarjetitas, mucho menos con ese desprecio por los trabajadores que se adivina en muchos funcionarios públicos, que se consideran quizás, como dicen por ahí, “bordados a mano”.     

Pero no trato de convencer a funcionario alguno  que se “compadezca” de las penurias del pueblo, simplemente demando que hagan su trabajo, que cumplan con la ley, con nuestra Constitución, que es nuestra ley máxima y que encierra los derechos de los mexicanos, derechos que se han logrado gracias a enormes jornadas de lucha del pueblo trabajador; no fueron regalos de los gobernantes ni de sus representados, los poderosos de este país, ¡no! fueron producto de la lucha de hombres y mujeres patrióticos.

Así que compañeros, ciertamente, nuevas jornadas de lucha se avecinan, pero estará pendiente dar la gran batalla para que los ricos de este país dejen de atropellarnos a través de sus marionetas que tienen como presidentes, gobernadores, etc. en todo el país y, obviamente, en Hidalgo, estado que por esa misma razón, por su saqueo permanente y por no destinarle el presupuesto público a resolver las necesidades de su población, sigue estando dentro los estados más pobres de la República mexicana.                  

Finalmente, quiero reconocerle al gobernador Julio Menchaca su iniciativa para cambiarle de nombre al parque David Ben-Gurión, que ahora, dice, se llamará “Parque Cultural Hidalguense”; estoy de acuerdo, pues lo mexicanos no debemos nunca rendirle homenaje a un personaje tan siniestro, asesino y enemigo de la humanidad como líder sionista y ministro de Israel; esos que aún siguen asesinando a mansalva a miles de inocentes palestinos, y que, como lo señala Eugene Rogan,  en su importante obra Los árabes : “es conocido por ser uno de los halcones de la élite política israelí”.

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