Resaca post electoral estadounidense

Por: Manuel Aranda.

Sólo un día antes de la elección presidencial del 5 de noviembre en los Estados Unidos, el candidato que a la postre ganó esa contienda, Donald Trump, abarcó varios temas en el que fue su último discurso político como candidato en Carolina del Norte, y entre muchas otras cosas que mencionó -varias de ellas, que bien podrían ser calificadas como disparates-, amagó con que al día siguiente después de ganar lo primero que haría sería comunicarse con la presidenta Claudia Sheinbaum y literalmente amenazarla con establecer un arancel del 25% a todos y cada uno de los productos provenientes de México hacia los Estados Unidos, si es que no se detiene la migración principalmente centro y sudamericana, que cruza por nuestro país, pretendiendo que esta transmigración sea detenida en nuestra frontera sur.

Si bien es cierto que México tiene la potestad y la obligación de controlar sus fronteras, también es cierto que fiel a su tradición humanitaria, nuestro país no ha detenido de manera absoluta el tránsito de los migrantes también de otros continentes, lo cual ha servido de argumento y pretexto para que Donald Trump pretenda amenazar y con ello hacer campaña, como el bully que es, sacando raja política y yendo todavía más lejos al advertir que si el 25% de arancel no funcionaba, lo subiría al 50% y si no al 75% e incluso hasta el 100%.

Qué le crean en su casa y eso los más ilusos e ignorantes porque lo que estaría haciendo con eventualmente aplicar una medida como esta, sería en realidad apuñalar la economía consumista de su propia nación, que depende de cientos o de miles de productos mexicanos que diariamente cruzan nuestras fronteras y serían precisamente los consumidores de ese país quienes tendrían que absorber ese 25 o 50 o 75 o 100% de locura de parte del entonces todavía candidato.

Lo cierto es que dos días después de la clara y sorpresiva victoria de don Trompetas, tuvo una conversación telefónica con la presidenta Sheinbaum, de cuyo contenido solo sabemos por una sonriente doña Claudia lo que comentó en su cuenta de X: “Hablamos de la buena relación que habrá entre México y Estados Unidos”, siendo un paso inteligente de la diplomacia mexicana que puedo adelantar, se inclinará por mantener una política digna, y respetuosa, mostrando fortaleza y templanza para de forma moderada, no dar pie a tensiones innecesarias, pero tampoco siendo tibios o pusilánimes como en la época neoliberal precisamente haciendo evidente lo que siempre hemos exhibido del señor Donald, que es uno cuando está en campaña y otro distinto ya como Presidente.

Ciertamente, no podemos confiarnos ni creer que todo serán sólo balandronadas y ocurrencias, es altamente peligroso haberle dado el control de un arma superpoderosa a un chamaco caprichoso, soberbio, grosero e irrespetuoso, por lo que deberemos de transitar los próximos cuatro años con la misma inteligencia con que lo hizo el presidente López Obrador, y que es para temas de corte internacional muy similar a la que está comenzando a evidenciar la presidenta Claudia Sheinbaum.

En síntesis, los mexicanos y el mundo entero ya tenemos experiencia en lidiar con este hombre, sy es muy probable que su estilo no haya variado gran cosa en estos últimos cuatro años y que también debemos de poder detectar y aprovechar las oportunidades que su presidencia tendrá hacia nosotros, logrando -esperemos que así sea- una eventual bonanza para la economía estadounidense, lo cual siempre implicará un beneficio para México.

Por otro lado, aunque no podemos esperar muchos avances en temas migratorios, muy probablemente as enormes deportaciones no lleguen a ser tal, e incluso se mantenga por debajo de los números del expresidente Obama (que fueron superiores) y de la misma Kamala Harris como vicepresidenta.

¡Ánimo paisanos, México es mucha pieza!

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