La titular de la secretaria de Salud de Hidalgo (SSH), María Zorayda Robles Barrera, afirmó que cada uno de los nueve casos muerte materna registraste en 2023 en la entidad se derivó de alguna cuestión de violencia obstétrica.
“Cada muerte materna puede ser prevenible, tenemos muchas acciones de prevención de la violencia obstétrica, bueno, pues una muerte materna es resultado de que en algún momento, por condiciones estructurales del propio sistema o que ocurren en los servicios, se genera esa muerte materna, que es una muerte prevenible”, afirmó la encargada de la política de salud en la entidad.
Para 2024, la titular de la SSH indicó que una de los rubros de prioridad es la atención a las mujeres gestantes o que se encuentran durante toda la etapa previa durante y posterior al parto.
Dentro del balance estatal, confirmó que son nueve casos de muertes maternas y que, de acuerdo con estadísticas de otros años, hasta la fecha los índices se encuentran por debajo de la media nacional. De igual forma, respecto a los cifras en el mismo periodo de 2022, cuando hubo 12 incidentes, y los 23 casos de 2021.
No obstante, Robles Barrera aclaró que a los servicios de salud de la entidad les queda “mucho por hacer” para evitar este tipo de decesos, pues son prevenibles y derivan en algunos casos de acciones que sustentan la violencia obstétrica.
Ante este escenario, aseguró que se tienen reportes de este tipo de violencia e incluso recomendaciones por parte de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo (CDHEH), de ahí que se debe reeducar al personal de salud, visibilizarla y deconstruir sus saberes en la materia, dijo.
Uno de los puntos positivos, y que se refleja en la reducción de los casos, según la funcionaria estatal, es la implementación del semáforo de violencia obstétrica, la capacitación, sensibilización del propio personal y la aplicación de la cartilla de la buena atención obstétrica, que se trabajó con el órgano garante de los derechos humanos, afirmó.
Sobre la incidencia de la violencia obstétrica en los servicios de salud, Robles Barrera aclaró que no existe un censo fidedigno para tener claro el panorama de este tipo de prácticas contra las mujeres gestantes en la entidad.
“Aún cuesta trabajo tanto a las personas que tenemos la atención, las personas usuarias, a decir ‘este trato que yo recibí fue violencia obstétrica’, tenemos buzones que quejas en los hospitales, pero también en la parte médica también nos hace falta hacer conciencia”, añadió la secretaria.
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-Mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera grave que haya 20 por ciento de cesarías en cualquier país, en Hidalgo el índice se ubica en este límite, mientras que en algunas regiones de la entidad esta intervención médica llega hasta el 60 por ciento, lo que implica la presencia de violencia obstétrica.
Editor general, reportero