Para combatir la pobreza en México y en nuestra entidad, una de las acciones que deben promover los gobiernos respectivos, es generar empleo, pero un empleo bien remunerado; asegurar a todo mexicano en edad y condición de trabajar, un empleo decorosamente remunerado, suficiente para solventar los gastos de la familia, generará las condiciones para una sociedad satisfecha, en crecimiento y sin hambre.
Así que, los gobiernos deben promover las inversiones y con ello la generación de empleos, pero sin perder de vista que se requiere que dicho empleador garantice salarios remuneradores, cuidado del medio ambiente y el pago puntual de los impuestos correspondientes. Si se logra que cumplan estas tres mínimas condiciones, podemos decir que, al menos, se inicia una posible etapa de crecimiento, desarrollo y plena satisfacción de las necesidades sociales en la entidad. Recordarán mis estimados lectores que en cada sexenio los gobiernos publicitan y festejan con bombo y platillo que se invirtieron tantos y tantos miles de millones de pesos en Hidalgo; sobre todo lo presumía la administración pasada, pero, entonces, tenemos derecho a preguntarnos, ¿por qué creció el número de pobres? En otra ocasión abordaré, o al menos trataré de responder a dicha interrogante; hoy me interesa subrayar y recordar, cómo se nos han anunciado inversiones, que al final han quedado en meras ilusiones.
Así como en administraciones anteriores, nuevamente, se generaron esperanzas de una multimillonaria inversión en Hidalgo, con la instalación de la planta del magnate Elon Musk, Tesla; pero fueron pocos días de ilusiones, pues vino el anuncio fatal: Tesla se instalará en Nuevo León y no en Hidalgo, a pesar incluso, de que el propio presidente López Obrador ya había dado su veredicto de que dicha planta no se instalaría en Nuevo León, debido a que esa entidad no cuenta con suficiente agua (Hidalgo tampoco tiene suficiente agua, cada día son más frecuentes las manifestaciones de vecinos y cierre de vialidades desde hace meses por la falta de agua en sus viviendas). El propio presidente debió recular y, seguramente, no gracias a un convencimiento técnico, pues como sabemos, ante sus caprichos y
empecinamiento, no hay poder humano, ni legal, ni razones que lo convenzan; lo más probable es que acataba órdenes de los Estados Unidos.
Se dijo en los medios de comunicación: “Con Tesla se escapa de Hidalgo una inversión estimada en mil millones de dólares, en una primera etapa, y de hasta 10 mil millones, en planes de expansión […] Como se anunció, la nueva planta del magnate Elon Musk, Tesla, será en Nuevo León, y no en Hidalgo” (Criterio, 1 de marzo de 2023). Pero, lo cierto también es que esta no es la única ocasión en que un presidente de la República entusiasma a los gobernantes hidalguenses con la aprobación de mega proyectos e inversiones millonarias y a la hora buena, nada de nada:
En 2014 también se generaron ilusiones con la posible instalación de la armadora alemana BMW, que al final terminó en SLP. Incluso, para “darle las condiciones a la empresa”, el estado contrató una deuda por 600 millones de pesos para la compra de los terrenos donde se podría establecer dicha empresa; al final esos terrenos fueron cedidos a la Cervecería Modelo, en 2019; situación que mantiene sin agua a los habitantes de Apan, porque también se la cedieron al grupo Modelo.
En 2015 fracasó el proyecto del GASODUCTO, inversión programada de 458 millones de dólares, que transportaría gas natural del sur de Texas hacia la entidad hidalguense; fue cancelado, pues la empresa TransCanada no logró convenir con los pobladores, propietarios de los terrenos afectados.
Durante el gobierno de Felipe Calderón, en 2008, se puso a competir irracionalmente a los gobiernos de Hidalgo y Guanajuato por la construcción de una nueva refinería; así, el gobierno de Osorio Chong adquirió una deuda de 1,500 millones de pesos, números redondos, para adquirir un predio en el
municipio de Tula de Allende; no hubo refinería, solo más deuda.
Y todavía la ilusión mayor que le vendieron a los gobernantes y empresarios hidalguenses, como recordaremos, fue el famoso proyecto del aeropuerto en Tizayuca, donde el gobierno compró 900 ha en el corredor Pachuca-Tizayuca.
En fin, muchos millones del erario invertidos para nada, y muchas ilusiones y promesas que vendían ilusiones de inversión y empleos para los hidalguenses. Pero debemos tener claro que en mientras los gobernantes no entiendan que para lograr atraer esas inversiones a la entidad, se necesita un estado con mayor infraestructura, con mayor desarrollo en toda su población, con mejores niveles educativos y de salud, donde se respeten a estudiantes y profesores y se les faciliten todas las condiciones y herramientas para que se preparen mejor y sean profesionistas competitivos, no habrá grandes inversiones en Hidalgo, pues no tendremos las condiciones de un estado desarrollado, con profesionales y fuerza laboral competitivos.
Por: Guadalupe Orona Urías
Editor general, reportero