Leslie Moreno fue agredida con ácido en 2015. Ocho años después la agresora intelectual fue detenida y esto derivó en que se propusiera reformar el Código Penal de Hidalgo para tipificar las lesiones que son causadas por agentes químicos o corrosivos, también denominada violencia ácida, con una pena máxima de hasta 32 años de prisión.
Este martes, el diputado Luis Ángel Tenorio Cruz y Santiago Nieto Castillo, encargado de despacho de la Procuraduría General de Justicia estatal (PGJH), presentaron dicha iniciativa.
El legislador de Movimiento de Morena señaló que este tipo de violencia está en aumento en todo el mundo e indicó que en México sólo 10 entidades federativas han legislado al respecto. Asimismo, acusó que las autoridades que en su momento intervinieron el caso de Lesli fueron omisas en realizar las investigaciones correspondientes.
Nieto Castillo coincidió en esto último y dijo que este caso, que comenzó en 2015, estuvo a punto de convertirse en una historia de impunidad. También informó que la actora intelectual ya fue detenida y enfrenta un proceso, mientras que está pendiente cumplimentar la orden de aprehensión en contra del actor material.
Indicó que una de las formas más violentas y crueles de la violencia contra las mujeres son los ataques con ácido o sustancias corrosivas, los cuales, dijo, se realizan con la finalidad de dañar física y psicológicamente a la víctima durante toda su vida.
El exfuncionario federal dijo que en el mundo se habla de al menos mil 500 ataques, en donde el 80 por ciento de las víctimas son mujeres y el 90 de los agresores son hombres.
En Hidalgo, informó, hay 14 carpetas de investigación de 2015 a la fecha de lesiones dolosas relacionadas con sustancias corrosivas o ácidas, de las cuales dos personas fueron roseadas con gasolina y nueve con sustancias químicas, mientras que los municipios con mayor incidencia son Pachuca, Tula, Tulancingo e Ixmiquilpan. Indicó que, aunque actualmente la legislación penal estatal castiga estas conductas, es insuficiente para poder sancionar a las personas y por eso, dijo, han considerado necesaria la reforma.
“Para visibilizar los tipos de violencia que no han sido atendidos con efectividad y que representan un riesgo latente contra la vida e integridad de las mujeres por razón de su género”, mencionó.
¿QUÉ PLANTEA LA INICIATIVA?
El encargado de despacho de la PGJH explicó que la iniciativa considera una adhesión del capítulo de lesiones con sustancias químicas y corrosivas, teniendo como bien jurídico tutelado la integridad de las víctimas. Establece que quienes generen este tipo de daños que provoquen destrucción o daño del tejido humano serán acreedores a una pena de 6 a 16 años de prisión.
Asimismo, se plantea agregar agravantes a este tipo de delito. Por lo que ampliará en una mitad la pena cuando la lesión o las lesiones sean cometidas por la pareja, concubina, concubino o por cualquier persona con la que la víctima tenga, guarde o haya tenido una relación sentimental, afectiva o de confianza; por ser un servidor público, o bajo consecuencia de los fuertes impactos del delito (que pueda llevar a la víctima a que atente contra su vida o salud).
También se propone duplicar la pena cuando sea cometida en contra de una niña, niño, adolescente, mujer o persona con discapacidad.
Además, en caso de que la lesión o lesiones cometidas afecten órganos o funciones vitales, genitales o más de la mitad del cuerpo, la pena de prisión sería de 16 a 32 años.
También se propone adicionar una fracción a la Ley de Víctimas para garantizar cirugías reconstructivas a las víctimas de lesiones provocadas por sustancias químicas o corrosivas.
HISTORIA DE LESLIE MORENO
Leslie recordó que el 26 de agosto de 2015 acudió a trabajar como todos los días, sin imaginar que una persona había estado planeando acabar con su vida, alguien que, dijo, premeditadamente pensó en tomar esta decisión sin importarle nada más, sin pensar en el dolor que le ocasionaría a ella, a su familia y seres queridos.
“Ante la gravedad de este delito, que considero es el crimen más cruel y cobarde que pueda existir, si es que se logra sobrevivir, la posibilidad de acabar con tu vida ante tanto dolor e incertidumbre es algo con lo que tienes que luchar todos los días, durante y después de múltiples tratamientos médicos.
“Pienso que quienes hemos sido violentadas, es algo parecido a cuando perdemos un ser querido: nunca lo superar, pero tienes que aprender a vivir con ello”, mencionó.
Dijo que la idea de esta ley está basa en su experiencia y de las mujeres que ha conocido y que también han vivido este tipo de agresiones. Agregó que la finalidad es que nadie tenga que pasar por lo mismo y que la reforma de ley facilite el proceso jurídico de las víctimas, así como garantizar los tratamientos médicos y su seguridad, y sancionar debidamente a los criminales.