Ya se ha firmado un acuerdo entre autoridades electorales, partidos políticos, organizaciones civiles, así como con autoridades estatales, en el marco del proceso local 2023, primero en el Estado de México y posteriormente sin duda será en Coahuila.
Sin embargo, erá muy importante que, bajo esta misma tesitura de impulsar el desarrollo de un proceso electoral íntegro en la renovación de las gubernaturas, se realice este pacto de integridad electoral a nivel nacional rumbo a las elecciones del 2024.
Este acuerdo sería muy importante porque necesitamos que, después de las diversas posturas que se han tenido en torno a las propuestas de reforma electoral, la ciudadanía tenga la certeza de que las instituciones políticas, las dependencias y las organizaciones firmantes mantendrán un compromiso para respetar las leyes, y se apegarán a los principios democráticos, rumbo a la organización de un proceso electoral monumental cómo lo será el del 2024.
Debemos mantener la misma dinámica de contar con procesos electorales con alto grado de profesionalismo, imparciales, transparentes y libres de violencia, ya que son los canales por los cuales la sociedad mexicana procesa las diferencias de manera institucional y pacífica.
Esta es una tarea no menor que recae en los diferentes actores, me refiero en primer lugar a los actores políticos: candidaturas y partidos, organismos electorales, autoridades jurisdiccionales, fiscalías electorales, gobiernos federal, estatal y municipal, así como las organizaciones civiles y la sociedad en su conjunto.
Estoy convencido de que nuestra democracia funciona bien, claramente puede mejorarse, pero primero requiere de la coadyuvancia entre los diferentes actores políticos, organismos, instituciones y la ciudadanía en su conjunto.
Garantizar el voto libre, informado y razonado, que es nuestro valioso derecho humano, requiere que los diferentes actores políticos respeten las reglas del juego democrático, que se promueva el pleno ejercicio de los derechos políticos atendiendo los principios de no discriminación, procurar la inclusión y, sobre todo, decirle no a las violencias y erradicar de una vez por todas las malas prácticas que afectan la dignidad y la autonomía de las personas.
Por ello la importancia de crear las bases para construir un macro acuerdo por la integridad electoral rumbo a las elecciones 2024, para que nuestras elecciones sigan siendo la vía en donde se dirime el conflicto social de manera pacífica.
Más allá de las reglas establecidas, contar con un compromiso público para respetar las reglas del juego democrático y honrar la democracia mexicana es clave para hacer un llamado a la ciudadanía a que se vaya involucrando, desde ya, en el proceso electoral, el cual implicará una nueva etapa a nivel nacional y un reacomodo en los escenarios locales.
Más allá de alcanzar un ideal donde esté prácticamente erradicado estas malas prácticas, lo importante es que se preserven y fortalezcan los mecanismos para que se sancionen los actos que atentan contra la libertad de las y los votantes.
Estoy convencido que contamos con un régimen político que garantiza elecciones libres, limpias, transparentes y competitivas, pero que eso no significa que diversos actores aún recurran a la realización de malas prácticas que puedan afectar la calidad de integridad electoral, como son aquellas personas que cometen un delito electoral y que buscan empañar los procesos democráticos.
*Alfredo Alcalá, Consejero del Instituto Estatal Electoral de Hidalgo
Editor general, reportero