Con 27 años de trayectoria en la música, Tony Bronce agradece poder transportar a su público al confort y espacios de paz con melodías hechas con instrumentos andinos, logrando música experimental, de meditación y relajación.
Desde muy joven, inició con los instrumentos andinos sudamericanos, como la quena, la zampoña, el charango, bombo y guitarra profesionalizandose más con sus primeras presentaciones en cafeterías, peñas, cafés cantantes y restaurantes, lo que generó un cambio muy espectacular en su vida.
Posteriormente, fue en la plaza Coyoacán, donde se dieron a conocer aún más, logrando nuevas experiencias.
“Viví con mi agrupación, Tacuara, en ese entonces a Oaxaca; ahí tuvimos mucho éxito, sobre todo con los extranjeros que gustan de este tipo de música.
Posteriormente, nos fuimos a Indonesia, pero me fui con un grupo de jazz de rumba y jazz latino, dejé guardadas un rato las flautas. Ese rato lo viví muy bonito, siete meses fuera del país, en Bali”, mencionó.
A su regreso a México, decidió seguir trabajando con ese tipo de género musical, profesionalizando aún más este trabajo, e hizo grabaciones con música andina, internacional, también, salió la música romántica, la música tropical y actualmente cumbia andina.
“Todos estos instrumentos fueron la catapulta para trabajar con instrumentos de género internacional, como es la flauta de pan u otras flautas como la flauta lakota, de los indios de América del Norte. Se ha trabajado mucho en restaurantes, centros culturales, teatros, museos, llegamos a La hora nacional, trabajamos los poemas de Jaime Sabines y fue muy interesante porque salimos en La hora nacional, en la revista Proceso, La Jornada, fue un trayecto muy interesante”, recordó.
Ahora, tras la pandemia, logró estabilizar más su trabajo musical con cuencos tibetanos, cuencos de cuarzo y ayudado con otros instrumentos como la quena, las zampoñas y la flauta de pan, ha logrado encantar a su público.
Para este año, tiene una propuesta de estar en Villahermosa, Tabasco presentando un trabajo basado en la flauta lakota y el objetivo es enamorar con su música, brindar paz a su público, tener un contacto espiritual.
“Cuando el público se para a darme las gracias o “Wow, me transportaste a los Andes, a un valle con montañas, ríos, árboles”, eso para mí es un aplauso grandioso para mi espíritu, porque logré llevar a esta gente a esa paz, a ese confort.
Mensaje: Quiero decirle a la gente que estoy muy agradecido, porque he tenido mucha gente que me ha escuchado, mucha gente que ha tenido mis discos y mucha gente que ama este tipo de música, no tanto andina, sino ya internacional interpretada con los instrumentos andinos, que es un plus para mucha gente que nos escucha y gusta de este tipo de género.
Editor general, reportero