Según un estudio realizado por el equipo de la profesora Claudia Vinke de la Universidad de Utrecht en los Países Bajos, los gatos se sienten atraídos por las cajas debido a su capacidad para reducir el estrés. El experimento consistió en proporcionar cajas a 10 de 19 gatos recién llegados a un refugio para animales, mientras que los otros nueve no tuvieron acceso a ellas.
Después de unos días, los gatos con cajas en su jaula demostraron estar mucho más tranquilos, adaptándose mejor a su entorno y generando confianza con las personas más rápidamente. Además, su nivel de estrés disminuyó mucho antes que el grupo de comparación sin caja. Los gatos se sintieron más seguros y protegidos en las cajas, lo que les ayudó a relajarse y a reducir su estrés, lo que a su vez mejoró su sistema inmunológico.
Por otro lado, los perros no sienten la misma atracción por las cajas debido a que su comportamiento instintivo es diferente al de los gatos. A diferencia de los gatos, que tienden a esconderse en lugares pequeños y seguros para sentirse protegidos, los perros prefieren lugares abiertos y accesibles que les permitan vigilar su entorno.